Si la culpa es del gobierno y sus políticas contradictorias, del presidente y su carácter explosivo, de los países ricos y su voraz ansia de energía, de los ciudadanos comunes que malgastan luz, agua y recursos, o si se trata de un destino inevitable motivado por el sistema en el que vivimos, eso no lo sé.
Lo que sí sé es que los animales y personas que viven en el Yasuní se verán de pronto sobrevolados por helicópteros, acechados por tractores, acorralados por tuberías y forzados a mudar de territorio, a pelear por recursos y a sucumbir por causas que no las provocaron.
¿Qué hacer para que todo este andamiaje injusto termine?… Esa es una pregunta para la cual no tengo respuesta.
Supongo que lo que nos resta hacer es poner nuestro granito de arena, que por pequeño que parezca, en conjunto puede ser parte de un gran cambio:
- Caminar o hacer bici: para distancias cortas es la mejor solución para ahorro de combustible.
- Reducir nuestro consumo: cuando lo pensamos bien utilizamos muchos utensilios o herramientas que muchas veces no son necesarias: fundas, cajas, bolsas, tarrinas etc. y todas han requerido para su manufactura de energía en gran parte fósil. Optemos por alternativas reutilizables.
- Reducir o eliminar nuestro consumo de carne: la producción ganadera, avicola, caprina, porcina, pesca y demás, utilizan enormes cantidades de energía para crianza y faenamiento de los animales, ¡además que afecta su bienestar y su vida! y para rematar, la cría intensiva de ganado es la mayor aportante de gases efecto invernadero (metano) al ambiente, con un 18% del total (¡más que los autos!) Muda a una dieta vegetariana, te sentirás mejor.
- Las 3R: reusa, reutiliza, recicla todo lo que puedas
Y aunque suene trillado, la frase es verdadera: el futuro de animales, humanos y ambiente está en manos de todos, de todos.
Fernando Arroyo Avilés