Ética animal

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La problemática del uso y abuso de animales

Es innegable la estrecha relación entre los seres humanos y la naturaleza. Sin la existencia ni la salud de la segunda, no hay supervivencia de los primeros.
La presencia de los animales en nuestras vidas es histórica y ha modelado nuestro propio desarrollo. Sin embargo, la reciprocidad de nuestra especie hacia los demás animales no siempre existe, y de hecho, las relaciones que solemos tener con ellos son, directa o indirectamente, de maltrato y abuso.

La Ética es una ciencia que trata sobre la forma en la cual debemos comportarnos basándose en dos principios: la beneficencia y la no maleficencia. Esto quiere decir que desde la ética (aplicada a los animales no humanos), discutimos y reflexionamos qué y qué no hacer para provocarles el bien y no causarles daño ni sufrimiento, o minimizarlo en los casos extremadamente necesarios. Por ejemplo, una vacuna produce dolor e incomodidad, pero es necesario para su salud. Así mismo, la captura de una especie silvestre generará angustia y miedo en el animal, pero puede ser inevitable con la finalidad de curar alguna lesión o enfermedad. En casos como estos se procura minimizar el dolor y el estrés.

Los animales no humanos son seres con capacidad de sentir y sufrir (son seres sintientes), y al igual que nosotros, interpretan el ambiente que les rodea a través de sus sentidos, lo procesan a través de sus órganos especializados y emiten respuestas relacionadas al miedo, regocijo, relajación, dolor, placer, hambre, sed, deseo de reproducción, entre otras emociones.

Los animales no humanos son “pacientes morales”, es decir, receptores de nuestras acciones y omisiones en calidad de animales humanos (“agentes morales”). Por tanto, su protección y cuidado parte de una construcción social (lo que la sociedad de manera general entiende como maltrato o no), que aterriza en reglamentos y normas -desde la constitución del país pasando por leyes ordinarias, códigos, ordenanzas, reglamentos internos, etcétera- de obligatorio cumplimiento para los ciudadanos.

Finalmente, el principio de la protección animal es acabar con el especismo, entendido como la discriminación hacia los demás animales por no ser parte de la especie homo sapiens (los humanos); con lo cual, su abuso, sufrimiento, utilización, posesión y maltrato está justificado. El término especismo está oficialmente acuñado por la Real Academia de la Lengua y es utilizado ampliamente en la protección animal para luchar por la justicia a favor de los animales, a través de acciones de carácter político, económico y social.

¿Qué puedes hacer tú?

  • Investiga sobre ética animal. Su extensa capacidad de reflexión y aplicación puede guiarte para el desarrollo de tus proyectos a favor de los animales. 
  • Únete a los grupos de discusión en redes sociales, quienes están tratando de desarrollar sistemas de organización humana donde los animales no sean catalogados como objetos de uso, donde se discute mecanismos de producción que no involucren animales y donde se procura que los animales vivan en sus hábitats libres y alejados de toda explotación humana. 
  • Organízate con quienes comparten tus ideas. Las acciones informativas en espacios públicos son buena idea: carteles, cánticos, o entrega de información a quienes circulan por el lugar. Realiza publicaciones, peticiones, comparte en redes sociales tu mensaje para evitar que más animales sufran y sigan siendo explotados.
  • ¿No sabes bien cómo podrías ayudarlos? Te podemos asesorar, comunícate con nosotros a través de nuestros contactos


CONOCER PARA CUIDAR, ENTENDER PARA RESPETAR