Un 01 de julio de 2012 inició todo, aunque el sueño venía desde antes.
Terranimal se originó de una idea, de un sentimiento, de un motivo fuerte: la necesidad de aportar para generar conciencia sobre la naturaleza de los animales, su capacidad de sentir, pensar sobre nuestras interrelaciones y la urgencia de revisar los roles que les hemos asignado en el mundo.
Un 01 de julio de 2012 Terranimal inició con un logo sobre fondo blanco en una página web, un computador y una pantalla en el dormitorio de mi primer departamento (garage) arrendado, con las ganas de hacerlo y todas las dudas de no saber cómo.
Las ganas persisten, y las dudas también, pero al mismo tiempo al volver la mirada atrás me digo “se ha hecho algo y se puede hacer más“.
Necesitaría miles y miles de caracteres para describir o enlistar todos los proyectos en los que se ha participado, toda esa grandiosa gente que he conocido en decenas de ciudades y países, y todos esos maravillosos animales no humanos quienes han permitido reconocerme en ellos, en su necesidad de justicia, en su triste explotación, pero también en su fuerza para sobrellevar todas las penas y vivir en el día a día, con pleno disfrute del momento.
Los animales nos reinventan, nos enseñan, nos curan y nos recuerdan sobre nuestras propias capacidades humanas, tanto constructivas como destructivas; nos abren el portal para ingresar al mundo de la naturaleza en estado puro, donde la vida y la muerte se conjugan, pero donde existe también el enorme potencial de que el humano, en sus decencia, respete esa naturaleza animal y esa Naturaleza integral y perfecta en sí misma.
Me faltarían páginas para nombrar a todas y todos quienes han apoyado a la organización, a quienes han asistido a las decenas de eventos y capacitaciones que hemos organizado, a quienes me han dado el gusto de poder asesorar y acompañar sus proyectos a favor de los animales, a las instituciones que me abrieron las puertas y me enseñaron (más de una ocasión a genuino golpe) que en la desazón se encuentra la inspiración.
Gracias a la familia que ha apoyado con amor y paciencia todas las decisiones tomadas, gracias a los amigos cercanos por sus palabras de fortaleza y su guía, gracias a las y los profesionales tan comprometidos con quienes he tenido la suerte de trabajar de la mano, en el campo y desde la raíz.
Desperté a este estilo de vida el momento en que mi compañero canino, mi “Mickey”, falleció en mis brazos (de eso ya hace 22 años) sin que yo pudiera proveerle una buena muerte; por su inspiración y comprensión evolucioné en el camino.
Por él y por los millones de animales no humanos de todas las especies que sucumben a diario en el planeta, la gran mayoría de maneras atroces y simplemente para cumplir deleites del animal humano, por una sociedad más justa y compasiva, por un mundo más vivible para todas y todos (humanos y no humanos) y por mejores días; por todo ello, deseo muchos más años de vida para este sueño: Terranimal.
Abrazos fuertes.
Fernando Arroyo Avilés
FUNDADOR
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