El interés del sector promotor, aficionado y negociante del tema taurino, como las corridas de toros, busca diversas y a veces impensables maneras de continuar manteniendo en el imaginario de la ciudadanía que las corridas de toros son aceptadas por la mayoría y que su desaparición constituye un riesgo.
Dentro del marco de las celebraciones por el Día de la Tierra se me invitó a compartir en el Centro Cultural Metropolitano una charla con niñas y niños de escuelas del centro de mi ciudad, Quito. Un encuentro que fue muy ameno y sin duda reiteró una vez más en mi el hecho de que los niños tienen un apego innato y completamente natural e inocente hacia los animales y la naturaleza.
Luego de ese buen momento y antes de abandonar el lugar, decidí echar un vistazo a la exposición de fotografías que la Agencia de Noticias EFE había montado en el mencionado Centro Cultural.
En su presentación, la Agencia indica que se trata de una “selección de las mejores instantáneas de 2011″, y posteriormente hace mención que hay imágenes que “….cuentan con deslumbrantes posibilidades expresivas, como atestiguan las fotografías de cultura”.
Sin más comencé mi viaje por el pequeño laberinto de estructuras metálicas de donde pendían las fotografías impresas a gran tamaño, hasta que me encontré con esta:
Cuyo pie de foto rezaba así:
Ahora, todos tenemos la libertad de expresar lo que querramos – en este caso la agencia EFE a través de su recopilación de fotos – sinembargo para mi es triste que un hecho notoriamente repudiado como las corridas de toros, sea recogido como una noticia que victimiza a la industria taurina bajo la calificación de que está en “riesgo de desaparecer”, cuando más bien es claro que la ciudadanía quiteña y ecuatoriana rechaza cada vez más los actos de maltrato y crueldad hacia los animales.
Bien pudo la agencia EFE haber seleccionado una fotografía de las innumerables y alegres marchas que se realizaron en Quito a favor de los animales, hecho también cultural y digno de mención.
¡Ah! lo olvidaba, a esta exposición asistieron niños desde los 8 o 9 años de edad, y por ende esta fotografía debió haber sido restringida para ellos por tratarse de una expresión violenta y cruenta, hecho que atenta contras sus Derechos.
Todos tenemos derechos de expresión, pero es definitivamente de necios continuar utilizando espacios públicos para la defensa de actos de maltrato que van en franca decadencia, como las corridas de toros.
