La creciente preocupación global sobre el bienestar de los animales, cuando son la parte explotada de un sistema depredador de la naturaleza, ha llevado a que varias personas y agrupaciones del Ecuador se unan, desde la diversidad, con el objetivo de proteger a los animales, cuyos derechos son, han sido y -lastimosamente- serán vulnerados en múltiples niveles.
Nuestro director, Fernando Arroyo Avilés, como vocero del Movimiento Animalista Nacional (MAN) participó en una entrevista realizada por el medio de comunicación digital “Hechos Ecuador” en el segmento de Ecología Política conducido por Luis Lascano, para conversar sobre el “Animalismo en el sistema político social”, las perspectivas y posturas del movimiento en la actualidad.
FAA: El Movimiento Animalista Nacional (MAN) es una organización de personas naturales y agrupaciones de miembros de varias ciudades del país, con estructura horizontal que busca la defensa y protección de los animales a través de acciones, tanto en la palestra pública como en la calle. Organizamos actividades formativas, informativas y sobretodo cuestionadoras. Este movimiento no busca imponer, porque entendemos que el cambio debe ser de fondo, además de que la imposición no es pragmática. El MAN también trabaja por trascender el concepto especista que limita el derecho a vivir bien de los animales, ya que valida a perros y gatos (fauna urbana) como los únicos seres sobre los que se tienen consideraciones o cuidados.
LL: La sociedad y el medio de producción actual conciben al medio ambiente en funcion del ser humano, en este sentido y desde la perspectiva de derecho ambiental ¿en qué se basa el animalismo para decir que son sujetos de derecho?
FAA: Más allá de los criterios jurídicos la postura es clara: desde nuestra perspectiva, se trata de respetar sus derechos como parte de naturaleza. Los animales en mayor o menor grado sienten, sus capacidades son únicas e inherentes, tienen capacidad probada de sentir, a este concepto se lo llama sintiencia, sufren y perciben el mundo y cómo son tratados por los humanos. En el país las plantas avícolas, porcícolas hacinan por cientos, todo esto se justifica bajo la necesidad de alimentarse, sin embargo, estamos en capacidad de reemplazar los procesos productivos, entender nuevas formas de relacionamiento y terminar este modo de crianza y exterminación de animales y sus procesos sistemáticos.
LL: El problema no es solo el consumo sino las formas de relacionarse con el mismo, los paradigmas nos han situado siempre por encima de ellos, ¿es posible otra forma de consumo o relacionamiento?
FAA: Entendemos que vivimos en un mundo ya regido por ciertas normas, entendemos que nuestro modo de vida no es pragmático. Reconstruir el pensamiento, es antes importante que las consideraciones técnicas de bienestar animal.
Es de vital importancia no dejar de hablar de ellos porque sino se invisibilizan, tal cual como sucede con la propuesta de ley de reforma al Código Civil, antes los animales constaban en el libro II como bienes, como semovientes; actualmente la Asamblea Nacional en la Comisión de Estructura del Estado y Seguridad, eliminó a los animales del Código, es decir, les quita la categoría de objetos pero en el texto reformatorio no aparece. Los animales deben estar incluidos en el Código Civil .
LL: ¿Cuál es su postura frente a la utilización de los animales en el reciente Paro nacional de 2022, como instrumento de control y represión?
FAA: Los animales han sido puestos en la mitad de un conflicto humano. Como movimiento cuestionamos desde su entrenamiento, por lo que se presentó una postura técnica junto a otras organización para la discusión del uso progresivo de la fuerza, donde se solicita que perros y caballos sean excluidos como herramientas de disuasión, sin embargo, no fue tomado en cuenta. Ningún animal debería ser considerado parte de herramientas de represión perros y caballos y que supuestamente son entrenados. ¿Qué tipo de entrenamiento debe tener un animal para soportar esto?
“No somos la voz de los que no tienen voz. Los animales tienen su propia voz, sus propios mecanismos de hacernos notar como se encuentran. Nosotros, sus intérpretes, debemos aprender a escucharlos mejor, no solo con los oídos, sino verlos. Tomémonos el tiempo para acercarnos, ver sus ojos, sentir su pelaje; primero con los animales de casa y luego acercarnos a otros animales. Construir un mundo mejor para ellos es un mundo mejor para todos”
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