En cualquier profesión o carrera, la capacitación y el aprendizaje de las experiencias de otras personas es relevante para mejorar, ratificar o rectificar nuestra forma de pensar y trabajar y sobre todo nos abre la mente a nuevas posibilidades para la resolución de problemas, de acuerdo a nuestra realidad y objetivos propios.
En esta ocasión tuvimos la oportunidad de visitar las instalaciones de la sociedad protectora “Baltimore Humane Society”, localizada, como su nombre lo indica, en el condado de Baltimore, estado de Maryland, Estados Unidos.
Esta sociedad protectora fue creada en 1927 y actualmente atiende casos relacionados con diversas especies, sobre todos perros y gatos pero también conejos, aves, hasta caballos y en ocasiones reptiles. Su trabajo se centra en la esterilización de animales de compañía (perros y gatos), servicios veterinarios de bajo costo y educación a la población en tenencia responsable y relación ética con animales.
Por motivos obvios no es posible comparar su situación con las sociedades protectoras de Ecuador, ni en materia de espacio físico ni de calidad de herramientas ni de equipos utilizados, pero llamó la atención que aún con un presupuesto anual millonario y con una ciudadanía supuestamente más conciente, las necesidades son muchas porque el maltrato a los animales aún está presente.
Lo que no se puede negar es su amplio espacio verde, apropiado sobre todo para el manejo de los canes. Espacios de recreación para los gatos, y algo que llamó la atención: un proyecto especial denominado “Phat Cat” (entiéndase “gato gordo”), especial para gatos con obesidad dado que – y aquí el número espanta – el 54% de los animales de compañía en Estados Unidos, ¡sufren de algún grado de obesidad!
Otro dato interesante es que pesar de los esfuerzos de la Baltimore Humane Society, el maltrato y el abandono también están presentes en el condado, lo que inevitablemente lleva a ratificar algo que parece lógico: no importa cuán grande sea la sociedad protectora, cuántos recursos tenga, cuántos animales pueda mantener o cuán eficientes puedan ser en los programas de control de población, mientras los seres humanos no desarrollemos otro nivel de conciencia respecto a animales y naturaleza, los problemas seguirán.
Por eso la educación (hogar, escuelas, colegios, etc) es tan tan importante, junto con la redacción de leyes apropiadas y su ejecución; y en este sentido el programa de educación de la BHS es muy apropiado pues comienza con niños de pre-escolar, hasta público adulto.
Mayor información sobre el trabajo de esta sociedad protectora puede ser encontrada en www.bmorehumane.org