Hoy 10 de diciembre, se celebra en muchos países del mundo el “día mundial de los derechos de los animales”. Las discusiones sobre si efectivamente los animales tienen derechos cuando “no tienen obligaciones”, si al ser “objetos” de uso por parte del humano se les debe otorgar algún derecho, o si los derechos no pueden ser otorgados a seres “irracionales”, se van por la borda cuando reconocemos que los animales son seres sintientes lo que significa que sienten y expresan emociones, además de que todos absolutamente luchan instintivamente por su vida. Esas “simples” condiciones deben ser suficientes para cuestionarnos como especie humana qué estamos haciendo con las otras especies animales del mundo.
Terneras mantenidas en una hacienda lechera de la parroquia de “Amaguaña” en la ciudad de Quito. Estas tiernas vacas son marcadas y asignadas a un proceso de producción donde se las mantendrá en constante estado de preñez para la producción de leche, encerradas prácticamente de por vida hasta que “ya no sean útiles”.
Foto: TerrAnimal
Celebramos hoy un día para reflexionar, para reconocer a los animales como nuestros iguales en la medida que perciben el mundo a través de sus sentidos, lo interpretan en sus cerebros y reaccionan a él a través de complejos sistemas emocionales y sociales. Los animales están en este mundo con nosotros y en prácticamente todos los casos, ya estaban en este planeta antes de “nuestra llegada”; les debemos consideración moral, les debemos protección para evitar su sufrimiento, pero sobre todo les debemos un nuevo sistema donde dejen de ser considerados “cosas que deben tener un fin de uso”.
La decisión es individual para un cambio colectivo.
Seamos sensibles, acerquémonos a los animales y comprendamos sus maravillosas dimensiones, y lo importante que es para nuestra propia existencia considerarlos seres completos e integrales y evitar su sufrimiento.